Desde la Concellería de Cultura de A Coruña me han preguntado qué hago durante el confinamiento, y me han pedido que grabe un vídeo contándolo. Ahora puede verse el resultado en su canal de youtube.
martes, 28 de abril de 2020
lunes, 6 de abril de 2020
BODEGÓN METAFÍSICO PARA DÍAS DE CONFINAMIENTO
BODEGÓN METAFÍSICO PARA DÍAS DE CONFINAMIENTO (Acrílico
sobre papel, 40 x 30 cm , 5 de abril de 2020)
Ayer, por puro capricho, pinté un bodegón y después
interactué con los objetos retratados. Primero hablé con ellos durante un rato,
pero viendo que no me contestaban decidí cambiar de estrategia. Me bebí la
cerveza y me comí los frutos secos mientras leía a Álvaro Cunqueiro. Podría
decirse que interioricé el bodegón tras haber sido pintado, que pasó a formar
parte de mí de manera literal.
La carta del Tarot conocida como El Loco me la dio mi amigo
José Luis Ducid hace 23 años en un piso de la coruñesa calle Orzán tras
habernos invitado a comer al pintor Branda y a mí un sábado cualquiera. Fue al
despedirnos. Sacó al azar dos cartas de la baraja y nos dio una a cada uno. Extrañamente,
a pesar del inexorable y cruel paso del tiempo, siempre he tenido cerca esa
carta.
domingo, 5 de abril de 2020
Los ojos y los árboles
Salgo a la calle con decisión y guantes azules. Me dirijo al
supermercado. No me cruzo con nadie pero siento que me vigilan. No me refiero
tan solo a las personas que permanecen en ventanas y balcones observándome caminar
mientras se preguntan a dónde irá ese pánfilo, sino también a los árboles que,
de manera natural, dibujan ojos en su corteza mientras crecen en mitad de la
ciudad. Camino pensando en esos símbolos que me brinda la Madre Naturaleza
hasta que entro en el supermercado y, al adentrarme en el pasillo del papel
higiénico, producto fabricado habitualmente a partir de fibras vegetales
extraídas de los árboles, recuerdo aquella cita de Jung que tanto me gusta:
“Ningún árbol puede crecer hasta el cielo sin que sus raíces alcancen el
infierno”.
jueves, 2 de abril de 2020
Víctor Nubla
Busco el relato y lo leo y vuelvo a maravillarme y después apunto este fragmento:
“Entonces fui bosque, y tierra y árbol e insecto y zorro y lagartija y búho y fui todos los olores de la noche y de las hojas caídas, desde las más podridas a las más tiernas. Y el bosque, lejos de representar una función extraordinaria sobre su drama diario, me aceptaba y me encomendaba la continuación de la sucesión interminable de la vida”.
(Necrológica de Laura Fernández para El País pinchando AQUÍ)
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