Rain dog
(acrílico sobre papel, 30 x 21 cm, 2001)
Llueve esta mañana en Bilbao. Hace un par de días, fuera de Bilbao, me reencontré con una vieja carpeta con dibujos y pinturas que realicé hace tiempo. Me reencontré con un dibujo que realicé hace 10 años y que lleva por título Rain dog (Perro de la lluvia), en referencia a la canción y el disco de Tom Waits.
Sólo he visto una vez en directo a Tom Waits. Fue en 2008 en San Sebastian. Cantó con su maravilloso vozarrón de perro de la lluvia. Recuerdo que me compré su disco Rain dogs en Barcelona, en 1997 y en formato cassette. Todavía conservo la cinta. Tenía 22 años y caminaba por Barcelona mientras escuchaba Rain Dogs en mi walkman. Caminaba con frecuencia desde la calle Córcega 390 (donde se encontraba la pensión en la que me alojaba) hasta la calle Hospital (donde se encuentra la Escuela de Arte Massana a la que acudía).
Para entrar en la Escuela Massana me hicieron una especie de entrevista en la que debía mostrar un dossier con mi trabajo. Tras la entrevista me pusieron en el tercer curso de pintura con la matrícula especial. Con esa matrícula tan sólo debía acudir a la escuela obligatoriamente un día a la semana, el miércoles. Ese día pasaba 8 horas en la escuela, mostrando el trabajo que había realizado en los últimos siete días, pintando y charlando con el profesor y los alumnos de otros cursos de pintura. El resto de la semana lo pasaba pintando en la pensión y recorriendo la ciudad en busca de exposiciones de las que empaparme. Cerca de la Escuela Massana estaba el MACBA, museo de arte contemporáneo que solía visitar. Tuve durante un par de meses un carné especial como alumno de la Massana y colaborador del museo que me permitía acceder gratis al MACBA. Coincidió con una exposición antológica de Miquel Barceló, pintor que me influyó bastante durante aquellos años; me gustaba su obsesión por pintar pintores pintando.
Hace un par de días me reencontré también con una pintura que hice en esa época y en la que aparece un pintor pintando en una cama. En Barcelona, de vez en cuando, pintaba de noche, toda la noche, sin dormir, encerrado en la pequeña habitación de la pensión en la que me alojaba, con las pinturas sobre la cama. Por la mañana me tomaba un buena taza de café y salía a caminar escuchando a Tom Waits en mi walkman.
Desde que viví en Barcelona no he vuelto a pasar toda una noche pintando, y ya nunca tomo café; pero los días de lluvia continúo escuchando los viejos discos de Tom Waits.
Pintando en la cama
(Acrílico sobre papel, 30 x 42 cm, 1999)