Retratos de Iñaki Uriarte y Enrique Vila-Matas para mi proyecto Disecciones.
Leo estos días el segundo volumen de los diarios de Iñaki Uriarte. Me lo regaló hace poco mi amigo Beñat. Al abrir el libro tan sólo aparecen estos datos biográficos: Iñaki Uriarte nació en Nueva York (1946), es de San Sebastian y vive en Bilbao. Hace cosa de una año disfruté muchísimo leyendo su primer volumen, publicado también por la editorial logroñesa Pepitas de calabaza. En la contraportada podía leerse esto:
"He estado en la cárcel, he hecho una huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba. Negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra. Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alquien que murió asesinado y fue enterrado por los asesinos en su propio jardín. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Sólo es cuestión de edad. Todo esto me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos."
Conocí a Iñaki Uriarte hace cuatro meses, en la presentación del último libro de Jon Bilbao. Es la única vez que le he visto en persona. Recuerdo que entonces, charlando de diferentes cosas, me dijo que en septiembre tendría lugar una charla entre Enrique Vila-Matas y él sobre los diarios en la literatura. Mientras leo esta nueva entrega de sus diarios, me entero por internet de que esa charla será el próximo martes 20 de septiembre a las 19.30. El acto se desarrollará en la Biblioteca Central de Bidebarrieta, una biblioteca municipal que suelo frecuentar y que está situada en pleno casco viejo bilbaíno. Así que habrá que acudir, pinta bien el asunto y siento una gran debilidad por los diarios, y en general por los libros en los que el autor me habla de su vida.
En los diarios de Iñaki Uriarte, entre otras cosas como espisodios cotidianos, referencias literarias, cuestiones políticas y su amor por los gatos, aparece con frecuencia una ciudad: Benidorm. Nunca antes había despertado en mí el menor interés esa ciudad, jamás he estado allí y quizá nunca llegue a ir, pero mientras leía sus diarios me entraron unas ganas locas de visitarla. Supongo que la transmisión certera de todo tipo de pasiones es algo de lo que espero de la literatura, algo que Iñaki Uriarte logra con una facilidad pasmosa.