El próximo sábado 18 de enero terminará mi exposición "Salón de las mutaciones" en La Casa De Atrás (Iturribide 39, Bilbao) con una celebración especial: un show en el que se proyectarán mis fotografías de animales muertos mientras relato mis encuentros con sus espíritus, todo ello envuelto por la música endemoniada de Carlos G. De Marcos.
Dejo aquí dos de las fotos que podrán verse con dos de los textos que leeré:
Todo empezó con aquella vaca muerta. Entonces yo tenía doce años. El cadáver
apareció a las afueras del pueblo. Un grupo de
niños nos acercamos hasta el lugar alertados por una bandada de buitres. Poco
después, agazapados tras unos arbustos, vimos cómo aquellas aves carroñeras
devoraban los restos de la vaca. Al día siguiente, sin la presencia de los buitres,
regresamos al lugar. Yo llevaba la cámara de fotos que me habían regalado por
la primera comunión. Recuerdo que el cadáver desprendía un olor nauseabundo. Me
acerqué lentamente y apreté el disparador mientras aguantaba la respiración. Desde
entonces, como si de un ritual animista se tratase, no he podido dejar de
inmortalizar a todos los animales muertos que se han ido cruzado en mi camino.
Una mañana, hace muchos años, mi madre
compró unas codornices. Compró unas codornices y al llegar a casa les cortó la
cabeza. Tuve la gran suerte de pasar por la cocina antes de que tirase aquellas
cabezas a la basura. Cogí dos de ellas y las puse sobre la mesa. Antes de
fotografiarlas, abrí el pico de una simulando que le hablaba a la otra. Entonces me pareció escuchar que le susurraba algo. Un secreto terrible.
1 comentario:
ñam ñam!!
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