miércoles, 10 de marzo de 2010

Una confesión

Hogar dulce hogar, acrílico sobre lienzo, 81 x 100 cm, 2003
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Mi relación con el color ha sido siempre conflictiva. Esto es debido a que soy daltónico. Confundo ciertos colores, sobre todo ciertos verdes con ciertos marrones. Hay muchos grados de daltonismo, desde la persona que confunde levemente ciertos tonos de diferentes colores hasta la persona que ve en blanco y negro. Mi daltonismo no es extremo, diferencio perfectamente el rojo y el verde de un semáforo. Pero es cierto que hay otras tonalidades intermedias que se me escapan, que me crean una enorme confusión. El daltonismo o discromatopsia es una deficiencia de las células receptoras visuales, concretamente de los conos, que dificulta o impide la discriminación de ciertos colores. Esta afectación es variable según la iluminación. Por lo que dicen los expertos, las personas daltónicas percibimos diferencias más sutiles de luz que las personas no daltónicas. Quizá es por eso que la luz es una de las cosas que más me interesa captar cuando me pongo a pintar. Pintando camino siempre hacia la luz. Tal vez por eso acostumbro a utilizar tonalidades suaves. Detesto los colores fuertes. Los colores fuertes me molestan. Consiguen que entorne mis ojos cuando los veo. También creo que es debido a mi daltonismo que me guste tanto dibujar en blanco y negro. El 8% de la población es daltónica, muchos de una manera tan leve que nunca llegarán a saberlo. El daltonismo es hereditario. Hay antecedentes de daltonismo en mi familia materna, mi tío es daltónico. Estadísticamente afecta más a los hombres y a las personas de ojos claros. El test más conocido para saber si uno es daltónico es el de Isihara. Se trata de un círculo compuesto por muchos circulitos de colores en el que una persona daltónica verá dibujado un número diferente al que pueda ver una persona que no lo es. Recuerdo que cuando era niño tenía un diccionario en el que venía el test de Isihara. Algunos compañeros de clase, cuando les decía que yo veía un número distinto al que ellos decían ver, no se lo creían. Puede crearse una gran distancia, a veces incluso un muro, cuando uno ve las cosas de manera diferente al resto. Es cierto que la vida es una tómbola, de luz y de color.



Quien no sea daltónico verá en la imagen superior el número 8,
quien sea daltónico verá el número 3.



Quien no sea daltónico verá: 25, 29, 45, 56, 6 y 8
Quien sea daltónico verá: 25, 70 y un 3 en la última casilla.


5 comentarios:

Natureza dijo...

Salud, Pablo!

Por el teste, no soy daltónica. La luz en las colores no hace cuestion de daltonismo u de no daltonismo, pienso yo. La luz en las colores es la luz para cada cual, incluso en el blanco y negro. Hay que captala!

Gracias!

Anónimo dijo...

Bueno, veo el ocho. Pero "comprendo" a los que ven el tres [en el primer círculo dantesco].

Me sospecho ambidiestra.

Nunca habría imaginado que eres daltónico, Pablo, jamás en la vida. Tantos años disimulando, exponiendo, mostrando tus creaciones y tus opiniones... y resulta que pertenecían a un daltónico, a un daltónico de tomo y lomo y hueso!

Estoy viendo cosas del libro de Eva Heller con unos alumnos, uno sobre Psicología de los colores que tal vez te suene. Ahora ya podré decirles: tengo un amigo daltónico que opina que el color...

Me llena de orgullo eso.

carmen dijo...

Que interesante.No sabía lo de este test.Me acabo de enterar de que no soy daltónica.
Esta vida es una "tómbola".
Saludicos.

T.M. dijo...

Tampoco yo soy daltónica, gracias por la explicación y por la demostración, muy interesante.
Saludos.

Alma dijo...

Bueno, a parte del tema del daltonismo, yo creo que tus pinturas tienen unos colores deliciosos, y mucha, mucha luz. Son preciosos y los dibujos también.
Salu2