Todavía estoy tan sobrecogido como emocionado por haber
visto en directo hace dos días, por primera vez, a una de mis bandas favoritas:
Einstürzende Neubauten. Empezaron con la canción “The Garden” y a partir de ahí
todo fue creciendo y creciendo como una preciosa e inquietante bestia oscura.
Junto a la actuación de Swans de hace un mes, el concierto
de Neubauten ha quedado dando vueltas en mi cabeza como una de las experiencias
escénicas más bellas que he vivido nunca.
Todo ello a pesar de que odio los grandes festivales de música
y todo cuanto les rodea: controles y cacheos en la entrada, pulseritas que
funcionan como tarjetas de crédito, precios que son un auténtico robo (un vaso
de cerveza 4,20 euros)…
Además de haber ido muy bien acompañado –Ainara,
Ainhoa, Alfredo, Iñaki-, me encontré y charlé un rato con Pablo Und Destruktion,
y con Nacho Vegas, y con Javier Corcobado, y con Anxela de BALA…
Y al final todo encajó perfectamente y me sentí como
una pieza inevitable del maravilloso puzzle cósmico que se creo hace dos noches
en Festival BIME de Barakaldo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario