Al regresar de viaje me he encontrado en la mesa de mi
estudio una araña muerta sobre el “Diccionario de símbolos” de Juan Eduardo
Cirlot. Y, claro, tal y como haría cualquier ser humano razonable, no he podido
evitar fotografiarla y buscar enseguida la palabra “araña” en el diccionario:
“… las arañas, destruyendo y construyendo sin cesar,
simbolizan la inversión continua a través de la que se mantiene en equilibrio
la vida del cosmos; así, pues, el simbolismo de la araña penetra profundamente
en la vida humana para significar aquel sacrificio continuo, mediante el cual
el hombre se transforma sin cesar durante su existencia; e incluso la misma
muerte se limita a devanar una vida antigua para hilar otra nueva.”
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