Ayer, por la mañana, muy pronto,
hice una ensalada de pasta con mucho aguacate y la metí en un tupper y me fui a
mi nuevo estudio. Pasé todo el día allí metido, pintando como un animal durante
diez horas. A mediodía descansé veinte minutos para comer. Mientras masticaba
aguacate y me bebía una cerveza Estrella Galicia y sonaba el maravilloso disco Get lost (Don´t lie) de These Inmmortal
Souls, pensé en dos cosas que no tengo en el estudio:
1. No tengo conexión a Internet,
por lo que la soledad es absoluta y puedo concentrarme en la pintura con una intensidad excepcional.
2. No tengo vecinos –el local
está a pie de calle y sobre su techo no hay edificio alguno-, por lo que puedo
poner la música al volumen que me venga en gana.
Internet y vecinos, dos cosas que me hace muy feliz no tener.
Internet y vecinos, dos cosas que me hace muy feliz no tener.
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