lunes, 29 de abril de 2013

Maratón en Madrid

Detalle de la exposición en la sala del Café Molar (c/La Ruda 19, Madrid, hasta el 9 de mayo)

JUEVES
Subí al metro escuchando a David Bowie en el mp3. Quedé con Lulú en su trabajo para que me diese las llaves de su piso. Dejé la maleta en el piso de Lulú. Quedé con Óscar Esquivias en la presentación de un libro de Hasier Larretxea. Conocí a Esteban Gutiérrez Gómez. Óscar Esquivias me regaló un libro de Miguel Ángel Hernández. Carlos Primo presentó el acto. Conocí a Hasier Larretxea. Cenamos en un restaurante mexicano. Bebimos cerveza. Cenamos tacos de pollo picantes. Brindamos. Carlos Primo nos habló muy bien del pintor Juan Fernández El Labrador. Óscar Esquivias dijo que no le hacían mucha gracia los bodegones.
VIERNES
Subí al metro escuchando a Swans en el mp3. Hice el montaje de la exposición en el Café Molar. Conocí a Antonio y a Kika. Me compré dos libros. Me compré un libro de Alberto Olmos titulado Pose. Me compre un libro de la maravillosa editorial La Felguera titulado A la Guerra con Satán. La Iglesia del Juicio Final & El Proceso. En la calle La Ruda me crucé con la actriz Marta Etura. Conocí a Jesús Marchamalo. Jesús Marchamalo me hizo posar en plena calle y me fotografió varias veces. Jesús Marchamalo me regaló un libro. Jesús Marchamalo conoció a Óscar Esquivias y a Alberto Olmos. Jesús Marchamalo nos fotografió a los tres. Conocí a Mateo de Paz. Alberto Olmos dijo que el mundo del libro se derrumba. Juan Carlos Márquez fue a la inauguración. Una señora nos hizo una fotografía con el móvil de Mateo de Paz. Eugenia Monroy fue a la inauguración. Isabel Cienfuegos fue a la inauguración. Elvira Rilova fue a la inauguración. Nere Basabe fue a la inauguración. Mi prima Salomé fue a la inauguración. Alguna que otra persona desconocida fue a la inauguración. A Mateo de Paz le gusta la morcilla. A Mateo de Paz no le gusta la Nocilla. Cenamos huevos rotos con morcilla y jamón. Bebimos vino Ribera del Duero. Alberto Olmos dijo que el mundo del libro se derrumba. Todos dijeron que hay demasiadas editoriales. Dijeron que hay demasiados escritores. Dijeron que pronto muchas editoriales echarán la persiana. Se puso a llover. Eugenia Monroy me tapó con su paraguas. Alberto Olmos y Juan Carlos Márquez se mojaron. Eugenia dijo que Alberto y Juan Carlos no necesitaban paraguas por la escasez de pelo en sus cabezas. Yo dije que las gotas les resbalaban, que eran hombres impermeables. Bebimos unos Gin-tonics en el bar Delic.
SABADO
Subí al metro escuchando a Franc3s en el mp3. Visité el Museo del Prado. Visité la exposición de dibujos españoles pertenecientes a la colección del British Museum. Visité la exposición de Juan Fernández El Labrador. También visité a Velázquez. Visité a Durero. Visité a Rembrandt. Visité a Tiziano. Visité a Zurbarán. Visité a El Bosco. Visité a Goya. Sobredosis pictórica. Abandoné el museo felizmente agotado. Me puse a los pies de Velázquez y le hice una foto. Comí un plato combinado. Frío invernal. Bebí una coca-cola en un bar llamado La Matilda. Visité la exposición del escultor Diego Cabezas en la Galería Iam. Visité la exposición colectiva Storiemakers en la galería Paula Alonso. Quedé con Esther García Llovet en un bar de Malasaña llamado La bicicleta. Quedé con Melki Chichery en el mismo bar. Esther dijo que había una fantástica exposición de Klee en la Fundación Juan March. Fuimos a un concierto en la galería Mad is mad. Conocí a Andrés Rubio. Conocí al editor de Demipage. El editor de Demipage cantó y toco la guitarra. Me despedí de Melki en la Gran Vía. Me despedí de Esther en la parada de metro Sevilla.
DOMINGO
Subí al metro escuchando a Stravinsky en el mp3. Visité la exposición de Paul Klee en la Fundación Juan March. Gran emoción. Deslumbrado una vez más por Klee, me compré el catálogo de la muestra.
Regresé a Bilbao en autobus.
Cuando llegué, Ainara y Leire me esperaban en la estación.






Fotografía de Jesús Marchamalo




Exposición de Diego Cabezas




2 comentarios:

Lara dijo...

me encanta

Anónimo dijo...

Madrid, con una sorpresa en cada esquina, un buen lugar donde encontrarse con los amigos. ¡Buen trabajo, corredor de fondo!