Desde hace unos días antes de
irme a dormir realizo algún que otro dibujo de la serie titulada “Dibujar para
no matar” en la que se ha ido conformando una especie de bestiario que ni
siquiera había imaginado pero que parecía estar agazapado en algún recóndito
lugar de mi cerebro esperando asomarse al papel aunque incluso diría que es un
ente extraño quien agita mi mano cuando me pongo a realizar esos dibujos
venidos de no sé dónde y que me dejan siempre exhausto y relajado y me hacen
caer en un sueño tan profundo como reparador del que siempre me despierto con un
ánimo inmejorable cuando llega un nuevo día.
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