miércoles, 15 de julio de 2009

Escuela nocturna

Escuela nocturna
(serie Relecturas, 60 cm diámetro, acrílico/lienzo, julio 2009)
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“Me levanté y miré el recibidor, donde dormía en un catre. En una mesa, al lado del catre, había un cenicero, un despertador Lux, y unos cuantos libros de bolsillo viejos. Solía irme a la cama hacia las doce de la noche, y me quedaba leyendo hasta que las líneas se hacían borrosas y me dormía con la luz encendida y el libro en las manos. En uno de los libros que estaba leyendo había una cosa que recordaba haberle contado a mi mujer. Me había impresionado terriblemente. Un hombre tiene una pesadilla y sueña que está soñando y que se despierta y ve a un hombre en la ventana de su dormitorio. El hombre que sueña está tan aterrorizado que no puede moverse, que no puede apenas respirar. El hombre de la ventana mira hacia el interior de su cuarto y luego empieza a forzar el marco de tela metálica. El hombre que sueña no puede moverse. Querría gritar, pero le falta el aliento. Entonces aparece la luna detrás de una nube, y el que sueña en la pesadilla reconoce al intruso. Es su mejor amigo, el mejor amigo del que sueña pero un perfecto desconocido para el que está teniendo la pesadilla.

Mientras se lo contaba a mi mujer se me subía la sangre a la cara y se me ponían los pelos de punta. Pero a ella no le interesaba.

- No es más que literatura –había dicho-. Ser traicionado por alguien de tu propia familia, eso sí que es una auténtica pesadilla.”

Fragmento del cuento Escuela nocturna, de Raymond Carver, aparecido en su libro ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?.


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