Siempre me han fascinado ciertos
utensilios que encuentro cada vez que vuelvo a la casa del pueblo de
Burgos del que proviene mi familia. Llevo encontrándome con ellos desde la
infancia y nunca han dejado de despertar mi curiosidad. Me parecen auténticas
obras de arte, objetos mágicos y extraños en los tiempos de la era digital. Precisamente, ayer, con mi cámara de fotos digital, retraté algunos de esos utensilios por los que siento un
especial apego, convirtiéndolos en un montón de píxeles que ahora guardo en la memoria de mi ordenador portátil.
Hay un par de escobas confeccionadas a
base de ramas secas que todavía utilizo cuando quito maleza de los alrededores
de la casa, para después juntar esas malas hierbas y ponerlas en la carretilla.
Son unas escobas realmente primitivas, pero hacen su función de maravilla. Hay
también una cuchara de madera que hizo mi abuelo Melitón y que todavía utilizo
cuando me pongo a cocinar. Mientras la uso, imagino a mi abuelo confeccionándola
con aquella navaja que siempre llevaba en el bolsillo.
La verdad es que hay otros muchos
utensilios de los que podría hablar, pero creo que la estrella de los
utensilios de arte cotidiano es la tumbilla: un armazón de madera que se
utilizaba para calentar las camas en invierno, en su interior cuelga una lata
en la que se introducían brasas, después la tumbilla se metía dentro de la cama
y, así, sábanas, mantas y colchón entraban en calor antes de que uno se fuese a
dormir. Recuerdo a mi abuela Felisa poniendo en mi cama la tumbilla cuando yo
era niño. Recuerdo observarla boquiabierto. No entiendo como no se quemó la casa con
ese invento que durante el invierno se utilizaba una noche sí y otra también en diferentes camas. De
eso hace muchos años, mis abuelos fallecieron y la tumbilla nunca ha vuelto a
utilizarse, pero en su interior todavía permanece colgada esa lata, con las cenizas de las
brasas que calentaron alguna de las camas de la casa por última vez.
Escobas primitivas
Cuchara confeccionada por mi abuelo Melitón
La tumbilla
3 comentarios:
Qué bello.
Y si...los objetos guardan historias, muchas veces también sentimientos. Hermosas imagenes
Los objetos también tienen su corazoncito, sólo hay que buscar en sus entrañas.
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