He vuelto a dibujar con los ojos cerrados, tanteando el papel. Hacía mucho tiempo que no dibujaba así. Recuerdo una época en la que me acostumbré a hacerlo. Todos los días hacía unos cuantos dibujos con los ojos cerrados, reconociendo la oscuridad, como si de una especie de entrenamiento ninja se tratase. En realidad temía quedarme ciego, quería saber si podría seguir dibujando sin ver. Y descubrí que es muy divertido, dibujar con los ojos cerrados, cuando uno los abre siempre se sorprende de las imágenes que encuentra. Tengo muchas cosas que hacer y paso el tiempo dibujando con los ojos cerrados, haciendo dibujos sin finalidad alguna, por el mero placer de dibujar. Menos mal. Es como visitar al oráculo. Las imágenes que surgen dibujando así, parecen emerger de un sueño y brindar respuestas. Me gustan sus líneas inconexas, la manera en que se conectan y desconectan a cada trazo. Bueno, emerger de un sueño no, vaya una tontería, diré mejor que parecen emerger de la duermevela, de ese extraño espacio entre la vigilia y el ensueño. Brotan del límite. Son como aviones que aterrizasen de noche en mitad de ninguna parte, al otro lado del océano-realidad. Me dejo llevar. Apenas soy consciente de lo que hago. Mi corazón dirige mis manos. Cuando abro mis ojos veo que he llegado a mi destino. Eso es todo. Que ya es mucho.
Cierra los ojos.
Escucha en la oscuridad
como resuenan las cajas de música.
Inténtalas parar.
(Noches Árticas, Nacho Vegas)
8 comentarios:
Y de qué ibas ciego?
Te mando link de Jim Flora, me recuerda a estos tuyos
http://www.jimflora.com/
Besos!!
Esther.
ey, qué bueno, Esther, hace algún tiempo un buen amigo me descubrió a Jim Flora y me encantó. Si que tienen un aire estos dibujos míos, aunque no lo había pensado hasta que me los has dicho.
Besos!!
Parece casi un ejercicio terapéutico.
Un saludo.
te dejo el enlace de la última entrada de mi blog porque me he tomado la licencia de, junto con un relato mío, incluir una referencia a tu libro, a tu blog y a tus trabajos en general.
Si algo te disgusta, por favor, me lo haces saber y lo quito.
biquiños,
Lo es, Raúl, viene muy bien para cualquier dolencia, del cuerpo o del alma. Es como tomarse dos ibuprofenos. Se lo recomiendo a todo hijo de vecino.
Ah, gracias, Aldabra, me ha avisado también Marta Navarro por email. Lo he visto y me ha gustado.
Gracias. Bicos.
f interesant blog,felicitari
Thank you! Luuuuua!
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